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martes, 20 de diciembre de 2011

Narración ganadora del concurso Solidaridad en letras de Raja El Kahi

MAR DE SOLIDARIDAD
      
              Había una vez una niña de 14 años que se llamaba Jazmín.Vivía en un pueblo de España que se llamaba La Esperanza. Era un pueblo muy bonito con su playa y su hermoso paisaje. Vivía con su madre Sultana y con su hermano Mohamed que tenía 16 años. Su padre había muerto a causa de una enfermedad muy grave que necesitaba una operación muy costosa, pero como era un simple pescador no había tenido el dinero suficiente.

              Soltana, la madre, estaba enferma y no podía levantarse. Fueron muchos días de sufrimiento para la madre y los dos hermanos. Salían adelante gracias a una pequeña ayuda de un vecino que les daba para comer.

               Un día Mohamed, cuando estaba sentado encima de una roca escuchó una voz de una mujer diciendo a una amiga que la vida nunca te espera y que el tiempo nunca para, que eres tú el que tienes que moverte y que los problemas que tenemos son parte de ella. Al escuchar esto, se paró un momento a pensar en lo que le dijo esa mujer y en seguida se levantó a buscar a Jazmín que trabajaba limpiando una tienda de pescado donde le daban un sueldo miserable. Mohamed  también trabajaba de pescadero. Le daban un sueldo muy bajo y ese día estaba sentado allí porque no había trabajo.

                Cuando la encontró le dijo que tenían que ahorrar dinero para poder ir a la ciudad a buscar un trabajo mejor y llevar a su madre al médico, para que no se muriera y los dejara como había pasado con su padre. ¡La vida sigue, hermana!-le dijo.
                A Jazmín, con lo que había dicho Mohamed, se le subió mucho el ánimo y tuvo ganas de vivir la vida. Buscó otro trabajo más con un sueldo que estaba muy bien. Su hermano hizo lo mismo que ella.

               Trabajaron duro durante meses de día y de noche, sin parar y llegaron a un resultado genial. Al contar el dinero que habían conseguido vieron que era suficiente para vivir varios meses, mientras que encontraran trabajo en la ciudad.
               Se lo dijeron a Soltana, ella aceptó y se fueron al día siguiente y su pequeña casa de madera se la dejaron a otras personas que no tenían donde  vivir.
                Al llegar a la ciudad estaban perdidos. Pero por casualidad encontraron a un amigo del padre, al que conocían desde su juventud. Se llamaba Carlos.
-¿Qué estáis haciendo aquí?-preguntó Carlos.
-Venimos a buscar una vida mejor que la del pueblo-respondió Mohamed.
-¿Y vuestro padre?-dijo extrañado Carlos.
-Murió-dijo en voz muy baja Mohamed.
-Lo siento-respondió Carlos.

                  Carlos paró un momento y preguntó si querían ir a su casa. Al principio no querían, pero él los convenció diciendo que la madre estaba agotada y necesitaba descansar. Al día siguiente querían ir a buscar una casa de alquiler, pero Carlos no los dejó diciéndoles que no tenía hijos, ni mujer, ni
familia que lo visitara. Les dijo que habían llenado su casa y su corazón y que quería que se quedaran.

                       Los hermanos, al escuchar lo que dijo se sintieron  muy alegres porque hacía tiempo que no se encontraban con una persona tan buena, ni escuchaban unas palabras tan cariñosas. Entonces lo abrazaron y decidieron quedarse.
                       Carlos llevó a Mohamed a trabajar en un almacén de pescado de una joven que se llamaba Rosario que era su amiga. Mohamed le dijo a Jazmín que tenía que ponerse a estudiar ya que estaban muy bien y su madre estaba en el hospital y en muy poco tiempo iba a volver a estar sana y tenía que encontrarlos como ella deseaba: a ella estudiando y a él trabajando. Le dijo también que no se preocupara, que él iba a estudiar por la noche, para tener un buen futuro y ayudar a todas las personas que lo necesitaran. Jazmín lo abrazó muy fuerte, llorando, y dijo que era el mejor hermano del mundo. Hizo lo que le dijo, estudió con muchas ganas y con mucho ánimo y más cuando vio a su madre mejorando cada día. Sacaba muy buenas notas y tenía muchas amigas.
    
              Siguió así varios años hasta llegar a lo que ella deseaba que era ser arquitecta porque quería volver otra vez a su pueblo para construir escuelas, centros de mayores, hospitales y casas para los que no tenían donde vivir y un gran restaurante para que coman y también porque pensaba en viajar por muchos países para hacer lo que pudiera y ayudar a los más pobres.

              Al terminar de estudiar, aprobó y ya está haciendo lo de su pueblo. Mohamed, con todo lo que estudió y lo que trabajó se hizo un hombre muy rico que manda comida a los pobres, hizo un almacén en su pueblo donde daba trabajo a mucha gente y se casó con Rosario. Su madre se casó con Carlos y ayuda a todos los que están enfermos y no tienen dinero. Desde entonces todos viven felices ayudando a los demás  para que nadie tenga que pasar por lo que ellos pasaron.

Raja El kahi

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